IZQUIERDA UNIDA DE CASTILLA LA MANCHA |
EL PRESIDENTE, EX-PRESOS Y
REPRESALIADOS
El
pasado domingo enterramos a un hombre, Presidente. Tenía 84 años y una
historia por él jamás contada, como tantas historias que nunca verán
la luz porque los labios de los protagonistas quedaron cerrados a cal y
canto tras la tragedia. Los de los verdugos, porque de sus tristes
“proezas” huyeron “escandalizados” hasta quienes las ordenaron y
alentaron. Los verdugos siempre se quedan solos. Los labios de muchas de
las víctimas que han sobrevivido callaron, sencillamente, por la
represión que sufrieron y porque, sin ser delatores, la cruel tortura
les arrancó nombres queridos y, junto al terror, un injusto sentimiento
de culpabilidad les ha acompañado durante el resto de sus vidas. Habían
torturado sus cuerpos pero la mayor crueldad es que consiguieron
torturar sus conciencias. La
cárcel siguió a las torturas. Paradójicamente acusados por los
rebeldes del delito de “rebelión militar”, pertenencia a partidos
políticos o sindicatos, sufrían vejaciones y penas de prisión que
“redimían” por trabajos forzados para “levantar la patria”. Todos
sufrieron, Presidente, y usted lo debe saber bien por su nivel de
instrucción. Eran anarquistas, republicanos, socialistas, comunistas.
La inmensa mayoría no habían cometido delitos de sangre. Odiaban a
todos los verdugos y sólo querían tener gobiernos legítimos elegidos
por el pueblo y conseguir que la riqueza de unos no se hiciera a costa
de la miseria y explotación de otros. No era tanto pedir. Y
le digo todo esto, Presidente, a propósito de los expresos
y represaliados que están muriendo cada día porque, muchas veces,
sus discursos no están en sintonía con los hechos que les acompañan y
ni su talante ni su acción de Gobierno corresponden al altruismo y
valores que aquellos nos legaron. Aquellos
hombres y mujeres sufrieron por defender que el voto del “señorito y
del peón” tuvieran el mismo valor. A usted, Presidente, se le llena
muchas veces la boca con la palabra igualdad, pero sus hechos dicen lo
contrario al negarse a modificar una injusta Ley Electoral que permite
que 20.000 votos al PSOE o al PP elijan diputado y casi 40.000 a
Izquierda Unida no obtengan representación. No es un problema de votos,
es de ausencia de igualdad y justicia democráticas. Aquellos
hombres y mujeres, Presidente, sufrieron por defender la dignidad de los
humildes y el respeto entre los humanos. Usted habla muchas veces de
respeto y tolerancia pero sin embargo demuestra todo lo contrario cuando
impone, o deja imponer, que no se invite al PCE de Castilla-La Mancha al
homenaje a los abogados laboralistas de Atocha, cuando todos los
asesinados eran militantes del Partido Comunista de España. La exclusión
del PCE, las intervenciones de Carrillo, Almeida, Sartorius y usted
mismo, todos en clave PSOE, reconociendo su legítimo derecho, hicieron
del homenaje un acto partidista, a su medida, que no hizo justicia plena
a la historia. No es de ley ostentar medallas por comunistas muertos
cuando se excluye y se desprecia a los que siguen vivos y se utiliza la
expresión comunista como insulto. Aquellos
hombres y mujeres, Presidente, dieron lo mejor que tenían porque hoy
podamos, al menos, escribir estas cosas. Defendieron sus ideales, con
amor propio y humildad. La acción de su Gobierno, Presidente, denota,
sin embargo, poco amor propio cuando ha incumplido el acuerdo del 30 de
Noviembre de 2024 de esas Cortes Regionales, que usted controla, más
atentas a subir el 55% y 85% las partidas y sueldos de sus señorías
(curiosamente críticos a excesos de otros Parlamentos) que a vigilar
que su Gobierno cumpliera el plazo dado, de seis meses, para elaborar el
censo y decretar las medidas de reconocimiento a los que sufrieron prisión
en la dictadura por defender sus ideas, como han hecho otros Gobiernos
Autonómicos. Y
su Gobierno, Presidente, demuestra poca humildad cuando después de 15
meses sin cumplir lo que encomendaron las Cortes en un asunto tan
sensible para tantas gentes, en lugar de reconocer que no ha hecho los
deberes y pedir disculpas humildemente, su Consejera de Administraciones
Públicas se despacha con una triste, extemporánea y mala justificación. El
pasado domingo, Presidente, enterramos a un hombre que, como tantos
otros, se marcha sin tan solo ver su nombre escrito en el Diario Oficial
de Castilla-La Mancha, que al menos le sirviera de mínimo bálsamo a
tantos años de dolor sufrido en silencio. Todo porque su Gobierno, que
sí tuvo recursos y tiempo para traer precipitadamente la costosísima
RTVCM, no encontró el momento de hacer justicia a su historia. Hoy, las
gentes de bien están tristes por ello y por que cada uno que sigue
falleciendo se va con sus viejas cicatrices sangrando de nuevo. Esto no
es humano, no es noble ni es justo, Presidente. Cayo Lara Moya. Coordinador Regional de Izquierda Unida |