IZQUIERDA UNIDA DE  CASTILLA LA MANCHA


Día 25 de Noviembre:

DESTERREMOS LA VIOLENCIA DE NUESTRAS VIDAS

 Es contradictorio celebrar que la humanidad ha entrado en el siglo de los avances, de la técnica, de la investigación,... y observar que la violencia de género sigue existiendo. Tal vez las apariencias de modernidad  justifiquen los vítores políticos y económicos, pero la realidad es otra. Una sociedad no puede declararse avanzada mientras el respeto, la equidad y la libertad no formen parte de la vida de los hombres y las mujeres que la conforman. Nuestra sociedad sólo será digna, si los derechos de las mujeres son reconocidos e instaurados como forma de vida.

En este 25 de Noviembre tenemos que seguir denunciando la violencia de la que somos objeto las mujeres en multitud de ámbitos y de forma especial la que muchas mujeres sufren en su entorno más cotidiano.

En el Estado Español, las cifras se disparan cuando analizamos la violencia que las mujeres padecen diariamente a manos de sus maridos, ex-maridos, novios, compañeros,... por aquellos que se sienten dueños o poseedores de derechos sobre la mujer con la que comparte o ha compartido  vida.

Y esta sociedad y las instituciones políticas que la representan, tienen la responsabilidad de tomar cartas en el asunto. No podemos dejar en la indefensión a las mujeres que son objeto de violencia, ni permitir que esa falta de actuación concluya en desenlaces aún más dramáticos: más de .... mujeres han muerto ya en el año 2024, muchas más han sido gravemente heridas, y aún más viven bajo el terror de sentirse “la próxima”.

Las mujeres llevamos demandando, desde hace ya demasiado tiempo, soluciones reales. Éstas pasan porque los gobiernos, desde cualquier instancia de poder, adopten medidas políticas encaminadas a potenciar nuestra libertad, a garantizar nuestra seguridad, a sancionar todo tipo de discriminaciones, a favorecer todos los cauces para nuestra participación y a difundir valores igualitarios, que conformen hombres y mujeres libres, personas respetuosas con el resto de la sociedad y con lo diferente, y capaces de superar los conflictos a través del diálogo y no con la violencia.

Pero en una sociedad donde aprendemos que la posesión, la fuerza y la guerra son más eficaces y certeras que el diálogo, la solidaridad o el respeto, difícilmente se puede desterrar la violencia y esperar que la autoridades políticas y judiciales se tomen en serio su erradicación.

En este 25 de noviembre tenemos que lamentar doblemente el triunfo de la violencia sobre el diálogo, de la fuerza sobre la razón. Tenemos que convivir con la “normalidad” que supone ya en nuestras vidas la Guerra, la ejercida por esta sociedad hipócritamente democrática.

Tenemos que soportar que, además, se nos utilice a las mujeres; los medios de comunicación nos invaden con la situación de las mujeres afganas, como si fuera algo reciente, como si fuera uno de los motivos de los bombardeos, intentando hacernos creer que después de esas bombas y de esa destrucción, se va a construir una vida digna para las mujeres afganas. Pero nunca la invasión bélica, desemboca en el desarrollo de los derechos de un pueblo, ni mucho menos en los de las mujeres.

Las mujeres del estado español seguimos solidarizándonos con las mujeres afganas y como ellas exigimos que cese la violencia, que termine las guerra. Con estos patrones la sociedad no puede avanzar hacia un estado igualitario y libre, con estas actuaciones no es posible desterrar la violencia ni de nuestras vidas ni de la sociedad.

Lo que las mujeres necesitamos que se invadan son nuestras vidas, de punta a punta del mundo, pero de respeto, no de desolación. Las mujeres tenemos derecho a vivir en paz, cómo y con quién deseemos. Necesitamos que de una vez por todas comencemos una nueva era en la que la violencia esté desterrada de nuestras vidas.